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Miedo y COVID-19: ¿Es seguro ir a escalar a un centro Indoorwall?

Sabemos que nos encontramos en una situación difícil: cada día nos anuncian nuevas restricciones en distintas poblaciones y la cantidad de contagios por la pandemia es cada vez
mayor. Ante tal situación y el bombardeo constante de los medios de comunicación puede parecer ilógico no tener miedo.

 

¿Es seguro ir a mi centro Indoorwall a escalar? ¿debo tener miedo de contagiarme?

 


Para responder a esto lo primero es saber qué es el miedo. El miedo es una emoción básica que desarrolla un estado de alarma en el organismo para protegernos y asegurar nuestra supervivencia frente al entorno y sus peligros. Emoción proviene del latín, del verbo “emovere”, dejando claro que es una conducta que nos mueve a hacer algo (en este caso, a protegernos).

Para saber si el miedo al contagio es funcional (útil, ya que sí tengo posibilidades de contagiarme y mi vida está en riesgo) o disfuncional (no útil, ya que no hay posibilidades de contagio y estoy a salvo) hay que tratar de objetivizar los datos:

En la actualización nº235 del Ministerio de Sanidad (con fecha 23-10-2020) sobre la situación en España de la Enfermedad por COVID-19 se indican, entre otros datos, el total de casos acumulados según el origen del contagio. El dato que arroja este informe es de que en actividades deportivas la cantidad total de contagios que se han producido es de 280 de un total de 94563, o lo que es lo mismo: solo un 0,29% de los enfermos se han contagiado en actividades deportivas. Una probabilidad realmente baja como para tener miedo funcional.

¿Qué debemos hacer?

Ante una emoción como el miedo se pueden dar 2 tipos de conductas: las adaptativas y las desadaptativas. Las conductas desadaptativas son las que nos hacen sentir bien a corto plazo pero mal a largo plazo (“hoy no voy al roco a entrenar porque me da miedo contagiarme” y tiempo después te sientes frustrado porque has dejado de ver a tus amigos de entrenamientos, has perdido la sensación de lo bien que te sientes escalando y encima has perdido esas adaptaciones -fuerza, resis…- que tanto que había costado volver a conseguir después del confinamiento). Sin embargo, una conducta adaptativa puede generar menos bienestar a corto plazo pero a largo plazo te sentirás mucho mejor. Y una conducta adaptativa sería ir al roco, sabiendo que solo hay un 0,29% de probabilidades de contagio, y tomar todas las medidas posibles de protección para, incluso, reducir aún más esa probabilidad:· Mantener la distancia interpersonal,

  • Desinfectar la suela de tus pies de gato cada vez que entras al roco,

 

  • Usar magnesio líquido antes de cada pegue para desinfectar tus manos cada vez que
    tocas una presa y,

 

  • Utilizar la mascarilla en todo momento: especialmente cuando estás recuperando
    entre pegues, pero también cuando escalas.

 

 

Sí, has leído bien: mientras escalas también puedes utilizar la mascarilla. Aunque ya había estudios antes de la pandemia sobre cómo afectaba al rendimiento el uso de mascarillas, como
es lógico, la comunidad científica ha estudiado qué ocurre cuando nos movemos y llevamos una mascarilla. He aquí algunos datos:

  • En un estudio publicado el 02 de octubre de 2020, Samannan y colaboradores
    estudiaron la hipoxemia que se produce por respirar CO2 al hacer actividad física con
    mascarilla quirúrgica y sus efectos en personas sanas y en personas con enfermedad
    pulmonar obstructiva crónica severa, tanto durante la práctica como hasta 30 minutos
    después de haber terminado. Los resultados: ni los niveles de oxígeno en sangre
    (SpO2) ni los niveles de CO2 en el aire (ETCO2) eran ni alarmantes ni peligrosos para
    la salud.

 

  • Roberge, Kim & Benson testaron, en 2012, los efectos de practicar actividad física
    durante 1h con mascarilla quirúrgica en sujetos sanos y encontraron, como
    consecuencias, 9,6 pulsaciones/min y 1,6 respiraciones/min más altas que si no se
    utilizaba. Nada que ponga en peligro la integridad física de nadie sano.

 

  • Da Silva, Nakamura & Machado fueron un poco más allá en 2016 y se atrevieron a
    probar qué ocurría en ejercicio de máxima intensidad (haciendo un test incremental
    en cinta hasta el agotamiento) en sujetos sanos y entrenados. Los resultados hablan
    por sí solos: La VAM (velocidad aeróbica máxima) fue de 14,9 km/h (con mascarilla) y
    de 15,2 km/h (sin mascarilla); el tiempo hasta el agotamiento de 20,7 min (con
    mascarilla) y de 21,5 min (sin mascarilla); las pulsaciones máximas alcanzadas de 183,7
    (con) y de 182,9 (sin) y; la percepción subjetiva de esfuerzo de 19,4 sobre 20 (con) y
    de 19,5 (sin).

 

 

 

Como ves, estos 3 artículos ejemplifican a la perfección que no hay pérdida de rendimiento en intensidades máximas y que no hay riesgo para la salud en entrenar con mascarilla. Eso sí,
todos los estudios coincidían en que moverse con mascarilla genera más disconfort que hacerlo sin ella.

En resumen:

  • Los datos objetivan que el riesgo de contagio es extremadamente bajo (0,29%) en la
    práctica de actividad deportiva y que,

 

  • No hay pérdida de rendimiento ni riesgo para la salud por entrenar con mascarilla.

 

Por tanto, no dejes que un miedo disfuncional te deje sin dar tus pegues del día y ten conductas adaptativas (distancia interpersonal, higiene de manos, uso de mascarilla) para poder seguir disfrutando de escalar de manera segura en tu roco Indoorwall con tus amigos y amigas.

¡Nos vemos!

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