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Israel Macià: “No me voy a morir sin ver la bandera de Indoorwall en todo el planeta”

El presidente de World Pro Ride hace balance de su vida, de su trayectoria profesional y de su relación con la escalada, la que es su afición y una parte vital de su oficio. “La modalidad de gimnasio es completamente segura. Es el deporte de moda”

Bastan unos minutos de conversación con Israel Macià para darse cuenta de la naturaleza de su relación por la escalada. Habla de ella con cariño, con pasión, con admiración, como si fuera una vieja amiga, de esas que te han acompañado a lo largo de tu vida. Y de las que nunca te han abandonado. Es difícil contar la trayectoria de este emprendedor sin mencionar este deporte que ya es olímpico y cuyo crecimiento parece no tener techo. De hecho, aunque ha hecho muchas cosas, su trayectoria profesional está íntimamente ligada a ella. Suyo es el mérito de crear casi de la nada la red de gimnasios de escalada más potente del país. Ahora es el presidente de World Pro Ride, una sociedad cuyo fin es la gestión y explotación de instalaciones deportivas. Charla con Prensa Ibérica desde las montañas de Innsbruck (Austria), un paraje que no puede ir más acorde con la conversación.

Pregunta: ¿De dónde viene su relación con la escalada?

Respuesta: De cuando era muy pequeño. Quería imitar a los policías de ‘Los hombres de Harrelson’, esos que se ataban cuerdas, bajaban a las cloacas y se descolgaban por los puentes. Para hacerlo robábamos cuerdas de las obras, nos las poníamos entre las piernas, colocábamos una gorra en cada mano a modo de guantes y bajábamos a dando saltos. Cuando veía a la gente escalando pensaba que eran superhéroes y por eso tenía que parecerme a ellos sí o sí.

A partir de ahí, hice un buen tándem con mi hermano, nos dedicamos a intentar escalar, a aprender… Claro, entonces no había rocódromos. Desde ahí no paré. Cuando era joven era un histérico de hacer nivel y grados, sobre todo en roca, pero mis inquietudes iban más allá. Era incapaz de estar entrenando un año entero, pero mi condición física era bastante buena, no necesitaba hacerlo cada día para estar fuerte. Era un chaval súper nervioso. Ahora me he calmado un poco, pero lo sigo siendo.

Israel Macià preparando su intento a una vía

 

Pregunta: Aunque dice que no entrenaba todos los días, la escalada es un deporte muy duro…

Influyen muchos aspectos. Uno muy importante es el psicológico, tienes que estar muy centrado en lo que estás haciendo. Es un deporte que requiere mucha concentración. Cambias de plano, vas en contra de la gravedad. Y luego está el tema del equilibrio, que hay que tenerlo muy en cuenta. Sin embargo, no es ni mucho menos uno de los deportes más duros que existen. Para mí es muy cómodo.

Pregunta: ¿Algún reto que recuerde con especial cariño?

Logré muchos retos de los que me propuse. Recuerdo en concreto una guía que había en Montserrat de un grado bastante potente en aquel momento. Se me metió en la cabeza y la hice mano a mano con mi hermano, David. Yo lo logré primero, pero el que salió en la prensa fue él. No me importó, nunca fue mi objetivo ser una estrella. Ni en la escalada ni en mi trabajo. Me gusta hacer las cosas bien, que salgan y cumplir los objetivos. Si no salgo en la foto, mejor. Lo importante es hacer el trabajo con honestidad, con sensibilidad y que esté alineado con tu carácter y con tu forma de ver la vida. Y una vez conseguido el objetivo, a por otro. Eso sí, me encanta trabajar en equipo.

 

Pregunta: ¿Y algún eterno pendiente?

No, eso ya pasó. Ya conseguí todo lo que tenía en la cabeza a nivel deportivo. Ahora mi objetivo es mi familia, estar al lado de mi mujer y de mis hijas y hacer todo lo que pueda para que les vaya lo mejor posible. Que aprendan de las derrotas, de las caídas… Son buenas lecciones para la vida.

 

Pregunta: ¿Hay afición a la escalada en España?

Muchísima. Es el deporte de moda. Y llegó para quedarse, por eso es olímpico. Lo fue en Tokio y va a volver a serlo en París y en Los Ángeles. Eso requiere un crecimiento a nivel de estadios, instalaciones, entrenamiento, formación… No hay nada hecho, es un camino nuevo.

 

Pregunta: La medalla de Alberto Ginés habrá ayudado un poco.

Va a haber muchas medallas olímpicas en la historia de este deporte. A España ha traído mucha cantera, muchos niños quieren ser como él. Pero en Alemania y en Francia la inclusión de la escalada en las Olimpiadas tuvo un impacto muy similar. Eso no es por el nombre de Alberto, es por el honor de tener una presea olímpica, que costó mucho esfuerzo. Ahora vamos a disfrutarlo.

 

Pregunta: Ahora viene París, donde se van a multiplicar las medallas.

Para lograr el ‘sí’ del COI se buscó un formato muy entendible, pero no tiene nada que ver con un campeonato del mundo. Ahora se va a probar otro que separa por un lado velocidad y por otro búlder y cuerda. El objetivo es que se asemeje lo máximo posible a lo que se ha valorado durante tantos y tantos años.

 

Pregunta: ¿Hay cantera?

España la ha tenido durante muchos años, aquí ha habido bastantes campeones del mundo, sobre todo masculinos. David Carretero, Pablo Barrero, Pedro Marín… El problema siempre ha sido el paso de categoría juvenil a absoluta. Hay que trabajar para que los deportistas puedan continuar su carrera y asentarse en la élite mundial. Ahí han estado Patxi Usobiaga y Ramón Julián. Ha habido mucho esfuerzo privado. Y no hablo de empresas, me refiero a los padres, que han tenido que poner de su bolsillo para que los chavales pudieran conseguir sus objetivos.

 

Pregunta: La escalada al aire libre sigue siendo considerado un deporte de riesgo. ¿Echa eso para atrás?

No. La escalada en roca posiblemente sí, pero nació un nuevo deporte, que es la escalada indoor. Esta es de gimnasio, de ciudad, y es completamente segura. Como negocio, este deporte tiene una cosa muy buena y es que es muy social. Vas a un centro de escalada y seguro que haces amigos. Compartir es la palabra que lo define, por eso está triunfando tanto. Además, en el mismo espacio lo pueden practicar los niños, los padres y hasta los abuelos. Eso es maravilloso, pocos deportes lo permiten.

 

Pregunta: ¿Cómo nació Indoorwall?

Nunca pensamos que los gimnasios de escalada pudieran llegar a ser lo que son ahora. Allá por 1998 yo era el presidente de la Comité de Escalada Deportiva de la Federación de Cataluña y quise montar competiciones que tuvieran prestigio. Al final me fui porque no eran capaces de montar un equipo de élite. Decidimos hacerlo mi hermano y yo.

Teníamos 300 pesetas y con eso nos vimos capaces de hacerlo. Alquilamos un garaje de 40 metros cuadrados, como hizo Steve Jobs en su día, y lo montamos ahí. No tenía ni baños, pero había un supermercado al lado al que podíamos ir para urgencias. Quisimos hacerlo todo con nuestras manos. Aprendí a soldar, monté estructuras que hoy en día habrían clausurado… Ni mucho menos pensamos que estábamos poniendo en marcha un negocio que nos podía dar dinero. Nuestro objetivo era crear campeones del mundo.

 

Pregunta: ¿Lo lograron?

Sí, acabamos teniendo uno. Pasó el tiempo y nos fue bastante bien, y los profesionales de Francia se interesaron por dónde estábamos entrenando. Cuando lo vieron se echaron las manos a la cabeza. Las colchonetas las habíamos robado de contenedores y habíamos puesto neumáticos debajo para que hicieran bulto… A nivel de higiene fue una cosa esperpéntica.

 

 

Pregunta: Pero mejoraron.

Siempre estábamos ingeniando, mi cabeza siempre buscaba la manera de diferenciarnos del resto. Como nos fue tan bien decidimos montar otra instalación, esta vez con baño. Ahí pudimos entrenar mucho mejor y conseguir más éxitos. Después mi obsesión fue poner en marcha un centro de 500 metros cuadrados, y quería hacerlo solo, sin ayuda de nadie. Fue un reto súper importante, y lo conseguí. Mira que hemos tenido instalaciones, pero esa era perfecta, la más efectiva. Eso sí, apenas ganábamos dinero. Facturábamos unos 5.000 euros al mes y nos parecía una fortuna.

Fue entonces cuando me alié con Climbat, que ahora es la competencia. Les convencí para que me dejaran llevarlo, porque no funcionaba. Me dijeron que no lo iba a conseguir, pero fui cumpliendo los objetivos. Por lograrlos acabé teniendo el sueldo más alto de toda la compañía. Se pasó de facturar 14.000 euros al mes a 60.000. Fue un buen aprendizaje, ahí empezó el vuelo real.

 

Pregunta: Pero no paró ahí.

No, se lo vendieron a los franceses y no nos entendimos. Entonces quise poner en marcha un negocio con Walltopia. Junto con mi mujer, Berta Martín, buscamos al fundador y fuimos a reunirnos con él a Bulgaria. Resultó que su mano derecha era un amigo de la familia. Les dije que quería la distribución en España. Llegamos a un acuerdo y montamos el primer centro de escalada, que se levantó en Santiago de Compostela. Siempre agradeceré la confianza que depositaron los inversores que pusieron el dinero. Porque, viéndolo ahora, lo cierto es que fue muy arriesgado. Así empezó la trayectoria de Indoorwall.

 

Indoorwall Santiago en sus inicios

 

Pregunta: Y no han parado de crecer.

El camino ha sido siempre ascendente, con una expansión de no menos del 300 por ciento al año. No nací empresario, me hice empresario por el camino. Ahora tenemos unas 16 empresas y nos hemos convertido en un grupo que factura millones de euros. Yo he dejado el puesto de CEO, un papel que ahora desarolla Olga Alamillo. Ahora soy presidente del grupo World Pro Ride.

 

Pregunta: ¿En qué está trabajando ahora?

Vamos a hacer una marca que se llama ’Heartbeat Planet’ (‘El latido del planeta’) que va a tener que ver con la escalada, pero también con el mundo social y de los deportes actuales. Es en lo que me estoy esforzando más. Así dejo que Indoorwall tome otro aire, ya toca hacer un cambio de rumbo. Pero siempre voy a tener un ojo puesto ahí.

También estamos llevando la gestión de las competiciones nacionales. Está todo por hacer, es como ir con el Titanic marcando el rumbo sin que haya nadie delante. La competencia va a remolque, que es más cómodo. Pero nosotros estamos a lo nuestro, a avanzar y a hacerlo lo mejor posible. No se me acaban las ideas, me da igual que me imiten.

 

Pregunta: Muchas veces que te imiten es un honor.

Al principio te liarías a tiros. Porque no solo te imitan, sino que se apropian de tus ideas. Pero es normal. Cuesta asimilarlo, pero luego convives con ello.

 

Pregunta: ¿Cuál es el siguiente reto?

No me voy a morir sin ver la bandera de Indoorwall en todo el planeta. También tenemos que inventar una instalación nueva, sorprendente, mucho más social.

 

Pregunta: No es poca cosa.

Nunca fueron retos pequeños. Si son fáciles no son retos. Pero para lograrlo es muy importante trabajar un equipo. Como amante de este deporte, quiero llevarlo al infinito y más allá.

Indoorwall GetafePregunta: Dice que quiere llevar Indoorwall a todo el planeta. ¿Por dónde va a empezar?

El objetivo es Estados Unidos. No es fácil, pero creo que en breve podrá salir la noticia de la apertura del primer centro de Indorwall allí.

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